Las mujeres del medio rural llevan décadas trabajando en silencio por la pervivencia y mejora constante de sus comunidades.
Campesinas, productoras, madres, gestoras, cuidadoras… Su papel en el mantenimiento de las familias y de las explotaciones rurales es tan imprescindible como poco reconocido. Las mujeres rurales producen más de la mitad de los alimentos que se consumen en el mundo y representan más de una cuarta parte de la población mundial. Su talento, dinamismo y energía quedan demostrados cada día, en cada comunidad rural del planeta. Sin embargo, sólo son propietarias de un 2% de las explotaciones agrarias, reciben un 1% del total del crédito, y sólo se benefician de un 5% de los servicios rurales. En el caso de España, de los más de 5 millones de mujeres que viven en zonas rurales sólo alrededor de 250.000 aparecen registradas como titulares o asalariadas de explotaciones agrarias. La erradicación de estas diferencias injustificadas, que subsisten en todos los países del mundo en mayor o menor medida, no es sólo una cuestión de equidad, sino también de eficiencia y sostenibilidad. Reconocer la actividad crucial de este colectivo, aprovechar adecuadamente su potencial y garantizar el futuro económico y social del medio rural pasan por una promoción directa desde todas las instancias de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en las zonas rurales, cerrando la brecha que con carácter general existe con respecto a las poblaciones urbanas. (sigue comunicado)
Campesinas, productoras, madres, gestoras, cuidadoras… Su papel en el mantenimiento de las familias y de las explotaciones rurales es tan imprescindible como poco reconocido. Las mujeres rurales producen más de la mitad de los alimentos que se consumen en el mundo y representan más de una cuarta parte de la población mundial. Su talento, dinamismo y energía quedan demostrados cada día, en cada comunidad rural del planeta. Sin embargo, sólo son propietarias de un 2% de las explotaciones agrarias, reciben un 1% del total del crédito, y sólo se benefician de un 5% de los servicios rurales. En el caso de España, de los más de 5 millones de mujeres que viven en zonas rurales sólo alrededor de 250.000 aparecen registradas como titulares o asalariadas de explotaciones agrarias. La erradicación de estas diferencias injustificadas, que subsisten en todos los países del mundo en mayor o menor medida, no es sólo una cuestión de equidad, sino también de eficiencia y sostenibilidad. Reconocer la actividad crucial de este colectivo, aprovechar adecuadamente su potencial y garantizar el futuro económico y social del medio rural pasan por una promoción directa desde todas las instancias de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en las zonas rurales, cerrando la brecha que con carácter general existe con respecto a las poblaciones urbanas. (sigue comunicado)
Secretaría Federal de Políticas de Igualdad
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